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CONTRACORRIENTE

Náufragos autodidactas

Náufragos autodidactas Apenas sé escribir, plasmar mis pensamientos sobre el papel supone un tremendo esfuerzo. Expresar los sentimientos, propios y ajenos, no siempre es fácil; requiere un amplio conocimiento de la psicología humana, de la comedia que son la vida y el mundo, del constante tira y afloja en las relaciones entre humanos. Y, por supuesto, requiere un conocimiento del lenguaje, dominio de la palabra, oficio y vocación por la escritura. No es mi caso, eso lo podrá percibir cualquiera que se arriesgue a leerme.

Los autodidactas somos poseedores de enormes lagunas formativas e intelectuales, carencias estas que salen a flote cuando pretendemos escribir. Algunos autodidactas alcanzaron fama en el mundo literario y artístico, otros no pasaron de ser buenos artesanos de la escritura.

Es considerable la diferencia entre “artista” y “artesano”: artista es aquel que crea “arte” y artesano es el que hace las cosas con “arte”.

Buscando en mi memoria alcancé a recordar tres nombres de autodidactas, tres hombres que triunfaron en las letras venciendo muchas dificultades, todos por caminos diferentes:

El español Juan Marsé (1.933), en una España franquista, con el handicap de su origen social en la década de los 60. Ganador de varios premios literarios. Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine.

El norteamericano Howard Phillips Lovecraft (1.890-1.937), uno de los famosos escritores de terror de su tiempo, solitario, siempre encerrado desde su niñez por causa de una enfermedad. Ateo y materialista. Sus obras influyeron en escritores de terror del siglo XX.

El también norteamericano Jack London (1.876-1.916), una intensa vida que apasiona a cualquier lector de sus obras y biografía. De origen muy pobre, viviendo una vida miserable y dura en su país natal, autentica universidad de vivencias bastante desconocida para muchos. Socialista implicado en exceso, racista por la interpretación literal de sus lecturas de Nietzsche.

Por supuesto, hay muchos más, en todos los ámbitos artísticos. Pero son pocos los que aparte de aptitudes tienen auténtica vocación. Eso lo explica muy buen Gabriel García Márquez aquí. La vocación hay que fomentarla junto con las aptitudes desde muy joven, desde muy pequeño. Para ello habría que cambiar los sistemas de enseñanza, la educación institucionalizada que no funciona demasiado bien en casi ninguna parte del globo.

Mientras tanto los que no llegamos ni al nivel de artesanos.....pues hacemos lo que podemos.

2 comentarios

El Lobo -

comentario de búsqueda

Cristal -

A mi me gustan las palabras que fluya del corazón. Se pueden aprender técnicas de escritura, pero no el éstilo. Y como bien lo dices, no faltan los escritores de talente que son autodidactas.
(Disculpe por mi mal español).
Muchos saludos