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CONTRACORRIENTE

TEMAS DE CONVERSACIÓN

TEMAS DE CONVERSACIÓN

Existen tantos como posibles conversadores. 

Y para conversador, lo que se dice conversador, un taxista de Nueva York de 81 años y sin licencia. No habla casi nada porque dice que hay poca gente culta con quien poder charlar. Pero lo más curioso es su tarifa de taxi: la voluntad. 

La historia la escuche está noche en un telediario. 

Volviendo a los temas de conversación: ¿de qué te apetece que hablemos? 

Con ella converso sobre lo más variado y diverso que nos viene a la cabeza. Cambiamos el chip de la conversación sin ningún complejo, saltando de una materia a otra, de un tema insulso a otro interesante, de un libro a un paisaje, de una nube a la luna y de ésta a una playa desierta, escuchando el mar sin pisarlo, sólo hablándolo. 

Pero conversar no es sólo hablar. Conversar es, también, escuchar. Y escuchar es poner en práctica algo tremendamente difícil: la escucha activa, la empatía y la asertividad, que te permite incluso no ser asertivo caso de considerarte no respetado y atacado de forma verbal. 

Conversar siempre fue un placer (sobre todo antes de Internet). Era considerado un lujo para los buenos conversadores y contertulios. No olvidemos que de sus conversaciones Sócrates dio mucho de sí para que le escribiesen sus diálogos. Tampoco olvidemos que las tertulias del célebre Café Gijón de Madrid, han hecho correr ríos de tinta. 

Pérez Galdós (mi apreciado y amado escritor) consigue muy buenas páginas sobre aquellas tertulias de esos cafés de la Puerta del Sol de Madrid, tertulias revolucionarias de aquella época, de aquel torturado y revuelto siglo XIX español. Hablaban de todo, de casi todo, de cómo cambiar el mundo, de cómo escribir un poema, de cómo soñar una novela, de cómo seducir a la dama de sus sueños, esa mujer casada e infeliz que jamás consiguió poseer Larra. Por eso se suicidó. 

Recuerdo mis tertulias de adolescente (mucho, muchísimo tiempo antes de Internet) en el café Punto y Coma de la Plaza de Santa Ana, en Madrid, situado enfrente del hotel donde se hospedaban los toreros que toreaban esas tardes festivas en la capital, ese café situado a la derecha del Teatro Español y haciendo esquina con la calle del Prado. Recuerdo a mis amigos, Javier y Félix, charlando sobre lo divino y lo humano después de haber asistido a una zarzuela o una buena obra teatral. Recuerdo que cuando estaba lleno el café celebrábamos la tertulia en otro, llamado Café Alemán, y muy cercano al primero. 

Recuerdo cuando pusieron una televisión en el café Punto y Coma.

Desde entonces la que hablaba era la televisión.

Recuerdo cuando comenzamos con nuestras primeras novias. Ellas se cargaron las tertulias…… y, si nos descuidamos, la amistad, porque no se toleraban las unas a las otras. Y nosotros fuimos tan simples como para caer en la trampa. Inmaduros que éramos. 

En serio…. ¿de qué te apetece que hablemos? 

El Lobo, Torremolinos 2007

El cuadro lo tomé de:  www.carlospaezvilaro.com/boutique-originales.htm

5 comentarios

Jordan Flight 45 -

The fiercest agonies have shortest reign.

Niebla -

Podemos hablar de las personas Guadiana ;-), cómo lo ves?

Me alegra saberte bien de salud.

No hay besos, tú ya sabes ... ;-)

fernan -

¡¡guauu¡¡ asi sin pensarlo mucho, de todo y de nada. De lo cotidiano y lo imaginario. De deseos y hechos,hablar, solo eso ya es mucho.
Un beso

María José -

Para mí una conversación amena, agradable, que favorezca el flujo de ideas... en una palabra, una buena conversación es uno más de los placeres de la vida...
Me gustaría hablar de lo cotididano, de todas esas cosas que paso por alto y que a veces, en boca de otra persona toman una dimensión desconocida y extraordinaria.
Un abrazo Lobo

Azo -

De ...La sencillez ,¿por ejemplo?..¿que es realmente ser un "Snob"? ¿Es ser un pedante, en cierto modo?

Besos ,Lobo