EL DIOS DE RATZINGER

Papam Habemus

Tutor de los perdones
distribuidor de penas
condona las condenas
condena los condones.
Mario Benedetti

El Dios de Ratzinger es un dios solitario, único.
Un dios inalcanzable, vengativo, posesivo, inclemente y dogmático.
Un dios que rechaza la inteligencia y su idea reguladora: la razón.
Un dios poseedor de sí mismo en un goze eterno.
Un dios envidioso que no comparte ni tolera el amor entre los humanos.
Un dios piramidal, centro de atención única y sometimiento globalizado.
Un dios exterminador, que ordena al "pueblo elegido" borrar de la tierra prometida a los que no le adoran incondicionalmente.
Un dios de sometimiento que no admite libertades ni expresiones.
Un dios exterminador, capaz de borrar de la faz de la tierra su propia obra, durante cuarenta dias y cuarenta noches.
Un dios caprichoso, que ordena pruebas y sufrimientos como los de Abraham.
Un dios que exige resignación a los desheredados del mundo, mientras otorga favor a los poderosos.
Un dios que condena la sexualidad y sus medidas anticonceptivas, exigiendo la abstención, fomentando el incremento de embarazos no deseados entre los adolescentes.
Un dios capaz de mandar y mantener una pandemia como el sida, condenando el uso del preservativo.
Un dios sanguinario que bendice guerras y matanzas a lo largo de la historia.
Un dios que tacha a los homosexuales de tarados, enfermos y monstruos antinaturales, olvidando que son creación suya los aborrece.
Un dios creado a imagen y semejanza de los hombres. Un dios macho, machista, esclavizador de la mujer por los siglos de los siglos.

De sobra sabe Ratzinger que el infierno bíblico no existe.
Si realmente existiera, él y la mayoría de los que le precedieron, arderían por toda la eternidad.