África se desangra
La vergüenza debería atenazar las conciencias occidentales. La desvergüenza no lo permite, nos ha inmunizado contra ciertos sentimientos mientras nos revolcamos en nuestro maravilloso bienestar. Los actos inhumanos de los que tenemos noticias por la televisión y la prensa escrita claman al cielo, pero el cielo no da para mucho. Somos nosotros los que debemos buscar soluciones.
Marruecos ha tomado por la calle de enmedio solucionando el problema a tiros o abandonando a los "ilegales" en pleno desierto, sin comida ni agua. El sol y el hambre harán el resto y las víctimas no figurarán en ninguna estadística, no siquiera como asesinatos premeditados.
España, incapaz de solucionar el problema, igual que la Unión Europea, opta por no ser el verdugo. Simplemente traspasa esta tarea a un gobierno sin escrúpulos para con sus propios ciudadanos.
Nuestra conciencia está tranquila: nosotros no los matamos, los entregamos a un verdugo bastante competente capaz de no respetar ningún derecho humano y menos tratándose de negros (aunque sean musulmanes).
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felipe -