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CONTRACORRIENTE

EL ENCUENTRO CASUAL

EL ENCUENTRO CASUAL

Sorprendido crucé la avenida, sorteando los coches y tratando de ponerme a su altura..... la figura, su cabello.....estaba seguro de que era ella.
Adelanté el paso y miré su perfil. Sí, era ella.

Agarré su brazo y se volvió mirándome con cara de sorpresa.

Así son muchos encuentros, cosas imprevistas y sorpresivas. Suceden los días en que pensamos que nada diferente va a ocurrir, que todo seguirá igual de rutinario, que la vida no nos depara nada nuevo para ese día.... un día anodino y programado de antemano.

Por causa de ese imprevisto tan sorpresivo nuestra programación cambió. Terminamos en la habitación de un hotel discreto de la ciudad. Hablamos y nos pusimos al día de nuestros problemas con nuestras respectivas parejas, de los desamores que nos atormentaban y de las insatisfacciones vividas. Hacía seis meses de nuestro último encuentro en un acto universitario. Ella vivia en Alcalá de Henares y trabajaba en una de las modernas universidades privadas abiertas en Madrid.

Ella se duchó mientras contaba su última aventura con sádico neurótico. Miré su cuerpo. No lo había visto nunca, así, desnudo. Era cinco años más joven que yo. Nuestra amistad venía de 20 años atrás. Nuestra confianza también....pero siempre fue amistad pura.

Después me duché mientras comentábamos la situación del momento, lo chocante de que nos encontrásemos tan a gusto en aquella situación, en aquel momento. Distendidos, conservando nuestra casi eterna amistad, desnudos y sin percatarnos de ello.

Al secarme ella me abrazó llorando. Me pidió que le diese unos momentos de ternura. Lo necesitaba, se sentía vacía.... llevaba demasiado tiempo sin ser amada, sin ser deseada, sin ser escuchada.

Recuerdo los momentos siguientes como los de dos seres que descubren sus posibilidades de amantes cuando siempre fueron amigos.

Vivimos de forma intensa esa mañana. Comimos juntos en un pequeño restaurante de las cercanías. Dimos un largo paseo y regresamos al hotel. De nuevo hicimos el amor con una entrega total, con apasionamiento.

Al anochecer ella regresó a su casa. Yo liquidé la cuenta del hotel y caminé pensativo por la ciudad.

No podriamos vernos con mucha frecuencia, además deseábamos mantener muestra amistad de por vida. Ambos teníamos vida privada y social.... había hijos por medio, unas familias conservadoras e intolerantes. Tampoco sabíamos si realmente era amor, enamoramiento y simple necesidad basada en nuestra profunda amistad juvenil. Cada uno tomó su camino años atrás, permaneciendo esa amistad jurada desde la época de estudiantes.

Decidimos mantener una cita mensual....mes tras mes....hasta que el tiempo decidiese por nosotros. Era algo discreto, siempre en hoteles diferentes, evitando que coincidiesen el mismo día de la semana cada mes.

Así estuvimos mas de un año. La cita siguiente la programamos para el día 11.... ella llegaría muy temprano, tenía muchas cosas que contarme sobre su futuro profesional, sobre su posible ruptura matrimonial. Yo dejé el coche cerca del hotel reservado y me acerqué andando sin prisas hasta la estación de Atocha..... ella llegaría en uno de los muchos trenes de cercanías que conectan la capital con Alcalá de Henares.

A medida que me acercaba a la estación percibí ruido de sirenas y muchos coches de policía. Unas fuertes explosiones. Un taxista se encontraba llorando dentro de su vehículo con la radio puesta a todo volumen. La gente se paraba. La policía impedía el cruce de las grandes avenidas. Las calles somenzaron a colapsarse.

Era el 11 de Marzo del año 2.004

Ella nunca llegó a la cita. Su cuerpo fue uno de los muchos destrozados por las explosiones. Destrozaron su cuerpo, sus ilusiones, su futuro. Mantuvieron mi recuerdo, mi profundo sentimiento de amistad y algo más que el tiempo fue cambiando en los dos.

Desde entonces vivo en la sinrazón.

El futuro es el momento siguiente al actual. Lo otro, el de mañana, siempre será incierto.

El cuadro expuesto es de Dino Valls (Opus  1993)
 

2 comentarios

Cartas -

haz lo que hago yo...escribele cartas como la amiga que era...y como todo lo que querias decirle y no le dijiste... es tan injusta la vida... porque me temo que podrian haber llegado a amarse..no se, pero siempre he pensado que teniendo una gran amistad..que cuesta mucho..pues por alli realmente empieza el amor verdadero y duradero..al reves de como se empieza normalmente porque no existe esa amistad sin condiciones, la relacion siempre está condicionada..y muchas veces al fracaso...
besitos guapo.. por el email sabes quien soy..de momento anonimo el blog..besos

unamaruja -

¡Qué triste!
Desde ese día mucha gente vive en la sinrazón :(.